TERROR DEL 11-S

 TERROR DEL 11-S

Es evidente que los ataques producidos el 11-S supusieron trágicos eventos marcando un punto de inflexión en la historia y teniendo un impacto profundo en la seguridad, política y economía a nivel mundial en la economía estadounidense. Estos atentados fueron el golpe de gracia a la burbuja de las empresas puntocom que le había permitido al país crecer al 5% en 2000 con casi pleno empleo. Es innegable que estos atentados desencadenaron un profundo cambio en la economía global , marcando de esta manera sectores que no volverían a ser lo mismo. Estos eventos generaron un clima de pesimismo económico que se reflejarían en las estadísticas del Banco Mundial. La expansión de la economía global fue de 1,4 % , una baja muy considerable respecto al 4% del año anterior.

Este primer impacto se hizo notar en los índices bursátiles de Nueva York, la fiebre de ventas se desató debido al pánico, provocando un colapso tan significativo que las autoridades se vieron obligadas a suspender las cotizaciones hasta el 17 de septiembre, siendo este el cierre más prolongado desde la Gran Depresión.

Las aerolíneas, incluyendo American Airlines y United Airlines siendo estos los que impactaron con las torres gemelas, experimentaron caídas en el valor de sus acciones del 40% al igual que las aseguradoras. Sin embargo, los mercados de valores estadounidenses se recuperaron de manera sorprendentemente rápida, ya que volvieron a alcanzar los niveles anteriores al atentado. 

Cabe destacar, la participación del Congreso aprobando este un fondo de rescate para aerolíneas de unos 15 mil millones de dólares y un Fondo de Compensación de victimas del 11-S con el fin de indemnizar a los familiares de los desaparecidos y supervivientes y evitar que demandaran aerolíneas. Siendo su coste de 9 millones de dólares. También el Presidente Bush trató de empezar una deceleración económica con una reducción de los impuestos sobre la renta. 

La Reserva Federal adoptó una política monetaria agresiva para revitalizar la economía dañada por la crisis de las puntocom y los eventos del 11-S. Esto incluyó la compra de deuda y préstamos directos a bancos, pero la decisión más controvertida fue la reducción drástica de las tasas de interés, que se mantuvieron por debajo del 2 % durante la posterior recuperación económica.

Después de los ataques del 11-S, la Reserva Federal tomó la decisión de reducir drásticamente las tasas de interés, lo que estimuló el endeudamiento tanto de hogares como de empresas. Esto generó una fuerte demanda de viviendas y una inversión significativa en el mercado de valores. Al mismo tiempo, los bancos y las agencias inmobiliarias comenzaron a otorgar hipotecas de alto riesgo, conocidas como "hipotecas subprime", incluso a personas con una precaria salud financiera. La falta de regulación financiera permitió que estas hipotecas fueran convertidas en activos financieros complejos que se vendieron en todo el mundo.

De cierta manera, la política monetaria estadounidense posterior al 11-S, en combinación con la falta de regulación financiera y la conducta irresponsable de los bancos y los deudores, sentaron las bases para la gran recesión que se desencadenaría siete años después.